Cuelgo un poema de la serie Salam Iraq dentro de mi libro de hace cuatro años El cielo de Bagdad, en memoria de una cuarta parte de la población iraquí que ha muerto o se ha convertido en refugiada como consecuencia de la ocupación e invasión ilegal de Iraq.
Aznar 18-3-2008: Volvería a hacer lo mismo.
Contra la impunidad. Juicio a Aznar.
LOS NINOTS DE BAGDAD *
¿Cómo te mirarían los niños de Bagdad
una noche de sábado al volver a tu casa
y colgar tu móvil en el cargador?
Hay pozos de sangre ardiendo en sus pupilas…
¿Qué te dirían los niños de Bagdad
al enchufar tu cepillo de dientes automático
y descubrirte frente al espejo una nueva cana?
Huele el viento a tambores de orina,
tienen miedo las cunas, las tumbas,
los colchones de esta ciudad…
¿Han visto la nieve alguna vez
los ninots de Bagdad por la televisión?
¿Qué dirás a tus nietos
de este aullido del siglo XXI,
de este banquete de la muerte,
cuando el sol de tu sombrero se quebrante,
y los oigas reír y gritar por el pasillo:
«Abuelo, abuelo
otra vez te has dejado en el vaso la dentadura..Ja, ja, ja.»
¿Qué les dirás cuando no sueñe el móvil
pues todos tus amigos se fueron al otro barrio?
¿Cómo explicarás esta chapuza de la humanidad?
¿Una batallita más?¿Un pedo contenido?
¿Saben los niños de Bagdad, -tú ya sí-
que el mañana es un crimen,
una estéril salmodia del caos?
Nadie los indultó la noche de San José.
Ardieron como fallas, como antorchas humanas.
Ardían los posters de sus ídolos:
Figo, Ronaldo, Raúl, Roberto Carlos…
Ardían los collares, las palmeras
y los trajes de novia de sus madres.
Mientras los perros aullaban a la galaxia
cientos de pájaros, aturdidos por la explosión,
llovían fulminados y yertos.
Y la pintura de los coches se levantaba
y los dátiles eran lágrimas de ámbar.
* En un canal de televisión retransmitían las fallas en directo, en los demás todos esperábamos con el corazón en un puño que aquella locura escrita y anunciada se frenase como Josué detuvo el sol ante los enemigos.
(Del libro El cielo de Bagdad (Diario y poemas del viaje a Iraq), Ángel Petisme. Editorial Xordica, 2004)
Ángel Petisme 
Te acabo de escuchar hace un rato en Aragón Radio. Has estado muy bien. Y el poema que has leido es precioso. Estos sobre Iraq también y además cumplen la función de recordarnos que nada ha cambiado desde hace cinco años cuando salíamos a las calles a gritar no a la guerra y sin embargo ya todo no es ajeno. Un abrazo Ángel
Roosevelt se refirió al 7 de diciembre de 1941 como «el día de la infamia», cuando los japoneses habían atacado, «preventivamente», Hawai para destruir una flota americana que sabían tarde o temprano volverían proas hacia Japón. El mayor día de infamia desde las bombas atómicas de 1945 fue el cónclave de carroñeros de las Azores que firmó la sentencia de muerte de medio millón de personas con tal de satisfacer los balances de cuentas de cuatro o cinco multinacionales petroleras y un par de puestos de trabajo en Consejos de Administración para un par de buitres que ya temían perder el sillón. La Historia no dudará en tildar a toda esa panda de criminales como lo que son.
Queda la esperanza de saber que millones de personas en todo el mundo sabían y saben la verdad, por instinto, sin informes de «inteligencia» y sin datos de «expertos» que sirvieran de coartada para marear la perdiz y que algunos se salieran con la suya. Y el Tribunal Penal Internacional, de adorno, sólo apto para criminales «pobres». Los que veranean en el Caribe y casan a sus hijas en El Escorial, encima dan charlas por todo el mundo y se disfrazan de estadistas con la connivencia de la canalla neocon, y reciben ocho millones de besos en el culo en forma de papeleta cada cuatro años.
En fin, perdona por la extensión, pero es un tema que me pone a tope.
Un abrazo
Qué gran libro «El cielo de Bagdad». Recuerdo que lo compré en la casa del libro de Madrid y me removió las entrañas toda la verdad, el dolor, incluso el humor que transmitías en tu relato de aquellos días que pasaste en Iraq. El poema inédito es una maravilla:»niños que vuelven de la muerte para llenar los mercados, las calles, las escuelas de Iraq.» Un beso
Como creo que dice Ángel Guínda, «quizás no haya otro camino que el panfleto». Y añado yo, sin contemplaciones estilísticas, sin miedo a que al retratar el miedo, el exceso de solemnidad infecte el poema y lo haga sensiblero.
Buff, qué hermosura y dolor contenido hay en ese poema en prosa nuevo. Me gusta mucho.»No queda nada salvo orgullo y obstinación. Aire reñido con la vida».Inmejorable Ángel. Un beso
¡Qué desfachatez!! ¿Cómo se puede decir que el mundo es mejor ahora con cientos de miles de personas, que por haber nacido en Irak, se les negó la posibilidad contribuir a hacer el mundo de hoy?
Ángel: tienes esa capacidad de removernos las entrañas hacia algún lado bueno que nos pueda quedar. Estos crímenes no pueden caer en el olvido: «sabed hijos de puta que los delitos no prescriben, después de cinco años ni de diez, ni con un padrenuestro y dos avemarías…..»
Acabo de llegar de viaje y de enterarme de sus palabras.
Además de pedazo de psicópata, es un imbécil con matricula.
Odio los juicios, pero este impresentable necesita uno. Él y su otros dos compañeros de delirios y sangre.
Lo dejo que me sube la fiebre.
Un beso,
Marta
Comparto con todos vuestra indignación, rabia, lucidez y repugnacia por el trío Calavera, nunca mejor dicho. Abrazos
Pepe un panfleto puede escribirlo cualquiera, pero no hay belleza ni exaltación ni emoción alguna en los panfletos. Los poetas trabajamos con dos materiales muy frágiles: la vida y las palabras.Hay que vivir con intensidad para obtener el poder de las palabras. Con las palabras se difama, se asesina incluso. El poeta es la señora de la limpieza que limpia las palabras para volver a dotarlas del sentido para el que fueron creadas: la comunicación y el bien de la humanidad. Es un arte no exento de riesgo denunciar y conseguir que los demás se encuentren con su propia humanidad en tus versos, sin caer en el panfleto. Vaya rollo me he marcao. Un abrazo a tod@s,
Ángel
Hoy me duelen las palabras, los poemas, las imágenes, hoy me duele la impotencia de saber que al otro lado arde la angustia, se desangra la inocencia, se calla la vida…en nombre de qué!!…sí, lo sabemos….pero hasta cuándo maldita sea, hasta cuándo!!
Gracias por compartir estos poemas, y con tu permiso, recomiendo tu enlace en mi post.
Un abrazo libertario
Carla.
Un abrazo Carla, gracias por tu enlace.